jueves, 27 de marzo de 2014

Tras los duendes del bosque.

Parece la entrada al mundo imaginario de la mitología asturiana. La sensación es tal que se podría esperar que en la puerta de la panera -que hace de recepción- apareciera el trasgo con sus bromas. Pero no sale el gnomo de manos agujereadas, sino Lola Pedrote y Chuso Pérez, que dan la bienvenida al Museo del Bosque, en la aldea de Muñalén, a tres kilómetros de Navelgas, en el concejo asturiano de Tineo. Es éste un museo vivo, en el que se recrea de forma didáctica la relación del hombre con el bosque, se explica la arquitectura típica, el uso de la panera para la conservación de alimentos, y su diferencia con el hórreo: la primera tiene planta rectangular, y el segundo, cuadrada. A la izquierda surge un sendero que se interna en la espesura. Es la entrada a un bosque de tres hectáreas con paneles que identifican las diferentes especies autóctonas, y donde se ven los usos, ingenios y construcciones tradicionales. Castaños, abedules y fresnos eran utilizados para hacer toda clase de objetos de uso doméstico y agrícola, como cestos, utensilios de cocina, cunas, yugos, batanes y las propias herramientas del carpintero. Asombra el cortín de piedra levantado a media ladera para resguardar la producción de miel de la voracidad de los osos; más adelante se encuentra una carbonera, que utilizaban para fabricar carbón vegetal; un horno de cal o caleiro, el molino...

OPINIÓN:A nosotros nos gustaría ir mucho a por duendes,aunque no existan.
Tabmbién pensamos que para los niños pequeño les vienen muy bien por que se entretienen mucho y así los padres pueden descansar.

1 comentario:

  1. Yo pienso que esto es bueno para los niños porque se pueden entretener mucho, aunque para los padres también porque asi pueden descansar.
    (Andrea G)

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